e-Boletín
N°
6
Junio 22, 2007
Cuadragésimo año de la Asociación
Colombian de Geógrafos (ACOGE)
La
Asociación fue fundada el 22 de junio de
1967, en Tunja
Por
ROSANA GARNICA-BERROCAL
Editoria, e-Boletín
Departamento de
Geografía
Universidad de
Códoba – Montería, Colombia
El 22 de junio de
1967, hace exactamente 40 años, un I Encuentro de Geógrafos Colombianos reunido
en el campus central de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
(UPTC), Tunja, Boyacá, culminó sus deliberaciones de dos días con la formal
creación de la Asociación Colombiana de Geógrafos. Abreviadaemnte conocida como
ACOGE, a esta entidad académica y profesional, sin ánimo lucrativo y de
operación nacional, se le acredita la realización de: 17 congresos de
geografía, uno de ellos (1977) de carácter internacional; la oferta de los
primeros seminarios graduados en geografía (a principios de los años 70); la
creación del primer Programa de Maestría (1983); el trámite de la Ley del
Geógrafo (Ley 78 de 1993); e indirectamente
la creación de escuelas de geografía de pregrado en Bogotá, Pasto, Popayán,
Cali y Montería. En esta última ciudad, ex alumnos de la maestría de la
UPTC/IGAC, afiliados de ACOGE, no sólo propiciaron la realización de uno de los
congresos de la Asociación, sino que inspirados en sus principios, además de fundar
un pregrado en ciencias geográficas y ambientales, llamaron al fundador de la entidad
para que los guiara en la creación de su propio Programa de Maestría, más un
Instituto de investigaciones especializadas, GeoCaribe. Bajo la misma
inspiración y altas metas de ACOGE, sus afiliados de la Universidad de Córdoba
están ahora involucrados, junto con la Universidad Militar Nueva Granada de
Bogotá, nada menos que en el diseño de un gran proyecto conjunto para crear las
condiciones que permitan ofrecer por primera vez en el país cursos y seminarios
orientados hacia el Doctorado en geografía.
¿Cómo se hizo una
organización tan influyente y productiva en desarrollo geográfico? En las
páginas del sitio que alberga este e-Boletín se dispone de buena información histórica al
respecto. También nuestro Presidente presenta datos sobre el particular en el
editorial publicado al lado. Pero contando con la presencia cercana del fundador
de la entidad, hemos sabido que aquella creación fue el resultado de la interacción
de profesores visitantes norteamericanos, traídos por la Fulbright para estadas
cortas a partir de 1965, con la UPTC. Concretamente, en 1967, uno de esos
profesores, adscrito al Departamento de Geografía de Michigan State University
(East Lansing, Michigan), de nombre Dieter Brunnschweiler, trabajando en promoción
geográfica en Tunja con Héctor F. Rucinque, optaron por concertar el patrocinio
de la UPTC, la Fulbright y la Asociación Colombiana de Universidades, para
hacer la reunión de un Encuentro de Geógrafos. Brunnschweiler era un geógrafo
de origen suizo que tras una breve visita en 1966 se enamoró de Colombia (tanto
que después se casaría con Cilia Calvo, una colombiana de conoció poco después
de la realización del Encuentro). Rucinque, por su parte, había recibido título
de licenciado en ciencias sociales de la UPTC, complementado con un doctorado
en la misma área en 1967, en la misma universidad. Había realizado parte de los
estudios para la maestría en geografía en 1963-64 en Wisconsin-Madison (los
cuales completaría poco a poco, en los recesos de verano, a partir de 1968,
pues tres meses después de la fundación de ACOGE se trasladaría a Estados
Unidos para cumplir una asignación de profesor visitante de Louisiana Tech
University durante dos años académicos consecutivos). Así que ya tenía bases
geográficas sólidas para interactuar con Brunnschweiler. (Años más tarde, entre
1973 y 1977, Rucinque adelantaría su formación doctoral para recibirse como
Ph.D. en Michigan State; sería el primer colombiano, en todos los tiempos, en
graduarse como geógrafo a tan alto nivel). En fin, los dos diseñaron con
anticipación el proyecto de ACOGE, lo presentaron a los asistentes el 22 de
junio y lograron su aprobación. Rucinque, por supuesto, fue aclamado como
primer presidente de la entidad. En la imagen que reproduce en esta misma
página el Acta de Constitución están las rúbricas de los fundadores de la
Asociación (unos cuantos, reconoce el Dr.Rucinque, sólo firmaron porque acudieron
de invitados a un banquete que ofreció la UPTC para finalizar el Encuentro; nunca
más volvieron a funcionar como “geógrafos”).
Quizás pocos
creyeron en 1967 que ACOGE pudiera llegar lejos. Crecer en influencia y
aceptación al lado del IGAC y de la Sociedad Geográfica de Colombia, no iba a
ser fácil. Pero el tesón y el entusiasmo de quienes se involucraron con ACOGE
en los años 70 y 80 hicieron el milagro. No había nada de geografía científica
en Colombia en esos años, y ello mismo era la motivación central para que los
30 o a veces 50 miembros de la Asociación trabajaran por los programas de
trabajo que ellos mismos se trazaron. Cosa curiosa, después de que todo se
logró, a partir de los años 90, cuando se podría esperar una afiliación
tumultuosa en comparación con la membresía inicial, ACOGE a duras penas logra
reunir 20 personas para una asamblea
general. Claro, ya no hay que hacer mucho, pues todo lo hicieron los promotores
iniciales y medios. Incluso, quienes se beneficiaron de alguna manera directa
de lo que la Asociación hizo, ya no concurren. Pero nuevas tareas, como anota
el fundador, entre ellas la consolidación de la carrera geográfica por calidad
y competitividad, demandan la continuada acción de esta entidad, y es hora de
que los geógrafos, ahora totalmente formados en el país, entren a darle vitalidad,
como escenario de lo que de aquí en adelante se pueda promover, debatir y legar
a las generaciones venideras.
Para ilustrar con
información primaria la importancia y perspectiva de este aniversario, he
tenido la buena fortuna de reunir las palabras de viva voz de unos pocos actores
claves de los hechos que configuran cuatro décadas de historia de la ciencia geográfica
colombiana. Me refiero al fundador de ACOGE, el Dr. Héctor F. Rucinque, y a dos
de sus asociados, los profesores-geógrafos Ovidio R. Toro Segura y Carlos
Cuervo Escobar. Los dos últimos también fueron presidentes del Consejo Directivo
y, como la generalidad de quienes inicialmente impulsaron la Asociación, se
formaron como geógrafos en el exterior. Toro hizo su maestría en Iowa y Cuervo
el doctorado en la Lomonosov de Moscú. Pero ambos aquilatan como mayor presea
de sus c. vitae el formar parte del grupo que suscribió el Acta de
fundación de ACOGE en 1967.
Primero trancribo
las palabras del fundador:
– Dr. Rucinque, he
visto en algunos escritos – entre ellos en el Editorial que escribe para esta
edición especial del e-Boletín el Presidente del Consejo
Directivo – cómo a la Asociación Colombiana de Geógrafos se le acredita una
carga de realizaciones que, en síntesis, significan la creación de la carrera
geográfica en este país. ¿Es realmente cierta esta apreciación?
– Directamente,
como gestión institucional propia, parecería una exageración. Pero como entidad
que instigó con tenacidad infatigable los programas y actividades claves, no me
queda la menor duda de que sin esta organización semi-profesional y académica,
los hechos de geografía universitaria y de identidad profesional que ahora son
acto, aun harían parte de los anhelos e ilusiones por realizar de unos pocos aficionados,
parecidos a los que teníamos quienes nos reunimos en Tunja en 1967 en un Primer
Encuentro “de Geógrafos”.
– Según su modo de
ver las cosas, y con su larga experiencia, ¿cuál cree usted que es el mayor
aporte que ACOGE ha hecho a la geografía colombiana?
– Como se pueden
citar varias cosas de equivalente importancia, yo diría que lo más notable fue
orquestar las gestiones para lograr que las partes concurrieran en un todo
funcional. Lo que hicimos fue crear un
foro democrático, abierto, para que ahí se gestaran todas las iniciativas e
ideas complementarias conducentes al desarrollo de escuelas de geografía, para
formar los miembros de una comunidad creciente de geógrafos, constituidos en
profesión geográfica, que a la vez demandaran la consolidación de las bases que
hicieron posible todo este desarrollo. Una sumatoria de factores: Una
asociación de interesados + una primera escuela de postgrado + los primeros
geógrafos de nivel magisterial + escuelas profesionales universitarias de geografía
+ ley profesional = geografía científica y profesión geográfica nacional. Simple,
no?
– ¿Por qué resultó
usted involucrado en casi todas estas cosas?
– Mire, Rosana: Uno
no diseña su destino, sino simplemente navega con él. Las circunstancias de
tiempo y lugar (¿teoría locacional?) nos ubican en el momento preciso, cuando
algo importante puede ocurrir. Yo apenas tuve la suerte de poder servir con
otras pocas personas (que, ahí sí, se pueden contar con los dedos de una sola mano)
en algo que era imperativo hacer y, sobre todo, que nos gustaba y que queríamos
hacer. No íbamos tras palmas ni en busca de poder alguno. Queríamos hacernos
geógrafos y como no había geografía aquí para lograr esa aspiración, y para que
otros pudiesen también lograrlo, pues creamos las condiciones para tenerla. Y
no usurpando nichos ajenos, como otros
lo hacen, en todos los campos, con la mayor frescura, sino formándonos con
rigor científico y académico en la disciplina de nuestra elección. Cuando nos
ganamos un M.S. y/o un doctorado en USA o en Europa, hicimos lo que nos
correspondía hacer. Nada más, pero tampoco nada menos. Será lo mismo que le
corresponderá hacer a usted en pocos años, cuando de seguro esté regentando una
cátedra en un programa de doctorado, aquí en Colombia, luego de regresar con el
Ph.D. incluido en su carta de presentación profesional…
– ¿Le queda a ACOGE
algún papel que jugar en el futuro de la geografía colombiana?
– Muchísimo es lo
que puede hacer una Asociación de esta naturaleza. Pero eso lo van a decidir
ustedes, los geógrafos de las nuevas promociones. Las reuniones profesionales y
científicas sólo funcionan en cuanto sean promovidas periódicamente por los
propios miembros de una comunidad académica, lo mismo que las publicaciones.
Allí es donde se gesta el avance científico y donde se legitima una carrera
profesional. ¿Cree usted que la geografía norteamericana sería lo que es sin la
AAG, o que la geografía del Brasil marchara en el lugar que ocupa si los
geógrafos brasileños no hubiesen continuado y fortalecido la Asociación que les
fundó Deffontaines en los años 30 del siglo pasado?
– Y a propósito de
esto, y para terminar, con mis gracias rendidas, ¿cuál cree usted Dr. Rucinque que
puede ser el papel de la geografía colombiana en el contexto latinoamericano?
– Esto es una
cuestión de calidades y de comunicación. Si tenemos programas académicos
mediocres, puede tener la seguridad de que no pasaremos de las fronteras. Nos
tocará enconcharnos apenados, con producción bibliográfica para consumo
doméstico. Pero si todas estas escuelas de pregrado, las maestrías y los
doctorados se aplican a desarrollar la sólida formación científica que exige el
mundo contemporáneo, tendremos geógrafos competitivos a quienes se abrirán las
puertas de la academia externa. Con buena investigación y con buenas publicaciones,
y aprovechando al máximo las facilidades de la comunicación, la geografía
colombiana de seguro abrirá puertas, y se le pedirá interacción. Se habla ahora
todo el tiempo de globalización. Pero si hay algo en lo que ese concepto es poco
menos que obvio, eso es en ciencia. Si usted quiere funcionar como científico
del siglo XXI, pues debe formar parte de la corriente científica global, o no lo
es. Es claro que esto aplica para Colombia, lo mismo que para el resto de
América Latina y para cualquier parte del planeta. No hay una ciencia latinoamericana,
ni por lo mismo una geografía latinoamericana. Me refiero, por supuesto, a la
geografía científica, no la de charlatanes. Pero, sí, entre todos podemos cooperar,
a nivel regional, para que a nuestros escenarios de ejercicio académico y
científico no les sea ajeno lo que en otras partes se maneja como ingredientes
corrientes del quehacer intelectual especializado. El acceso a la información
actualizada, las comunicaciones y la interacción, son cosas esenciales. Pero enfatizo:
la calidad, esa es la llave del futuro para esta nueva carrera colombiana, como
para cualquiera otra, aquí y en dondequiera se la ejercite como disciplina científica.
Por parte de los
otros dos ex presidentes entrevistados obtuvimos estas respuestas. Primero, el
profesor Ovidio Toro:
– Con la perspectiva de cuatro décadas de existencia,
¿cómo aprecia usted las realizaciones de ACOGE?
– La tarea realizada por ACOGE en estos primeros 40
años puede ser calificada con los mejores términos, toda vez que partiendo
prácticamente de muy poco, tan solo de las ilusiones y deseos de un pequeño
grupo de ‘quijotes’, ha logrado hacer cosas grandes e importantes tanto para el
país como para la comunidad y la profesión geográficas. Los primeros cursos
graduados y la carrera de geografía en las universidades colombianas, los
congresos internacionales, nacionales y regionales de geografía, los cursos de
maestría, la expedición de la Ley del
Geógrafo, el reconocimiento externo de la geografía colombiana, son algunas de
las realizaciones que se deben en gran parte
a la labor desarrollada por ACOGE.
– ¿A quiénes ayudó ACOGE?
– Acoge impulsó directa o indirectamente el desplazamiento
de los primeros geógrafos nacionales a realizar cursos de maestría o doctorales
en universidades europeas y americanas (Yo fui uno de los favorecidos por esta
acción). Esta Asociación es el motor que inició y empuja actualmente el
progreso geográfico del país.
– ¿Qué se puede esperar, funcionalmente, de esta Asociación
en el futuro?
– En primer lugar, su permanencia como ente impulsor
del desarrollo académico y profesional de la geografía en el país. Debe la
ACOGE procurar el reconocimiento de la importancia de su gestión ante las
instancias gubernamentales nacionales y regionales, mediante acciones y
presencia académica y profesional impactantes; participar o reclamar su
participación en la toma de decisiones que tengan que ver con dos aspectos
básicos: en la resolución problemas relacionados con temas geográficos y con la
educación geográfica (no es concebible que se siga definiendo el qué y cómo
enseñar la geografía por profesionales no geógrafos). En fin, se debe esperar
de la ACOGE, que mantenga y aumente sus esfuerzos para lograr que la geografía
nacional logre niveles académicos sobresalientes y reconocibles en los ámbitos
profesionales locales y del resto del mundo.
Otro de los ex Presidentes de la Asociación y veterano
del Encuentro fundador de 1967, es el Prof. Carlos Cuerco Escobar. A él
logramos contactarlo en Tunja y estas son sus opiniones sobre la Asociación:
– En la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia,
Tunja, Escuela de Ciencias Sociales y
escenario en la hoy Sala Geográfica Francisco José de Caldas, bajo la inspiración y
égida del geógrafo Héctor Fabio Rucinque Camelo, conciencia viva de la
geografía colombiana, en junio de 1967, se reunió el Primer Encuentro de
Geógrafos Colombianos, dando colofón a “todos los antecedentes que condujeron a
lo que hoy es la geografía colombiana”.
– ¿Cuál fue la importancia real de aquel Encuentro del
año 67?
– En la sesión central de ese gradioso evento, para
bien de la ciencia geográfica y honor permanente de sus asistentes, se creo la
Asociacion Colombiana de Geografos, ACOGE, que se reconocerá pedestal de la
comunidad geográfica nacional, en el avance cierto a una geografía científica
curricular y a una geografía científica investigativa; en la búsqueda del logro
que se propusieron los firmantes del Acta de Fundación, es decir, una geografía
acorde con los avances científicos de cada época y en el marco renovador de la
realidad nacional y el espíritu inquieto del geógrafo convencido, en ese
comprender analítico, racional y lógico del espacio escenario del hombre y de
la mujer, y de un despertar de la conciencia geografica. La historia, algún
día, concretará su valoración objetiva y consecuente.
– ¿Cómo ve usted, profesor Cuervo, la función actual y
futura de la Asociación?
– ACOGE, es sin duda la institución de esencia geográfica
en la que la generación presente ha encontrado la realidad vital de su quehacer
geográfico: ya consagrándolo y
concretándolo, ya actualizándolo y renovándolo. Así, configurando una avanzada
docente e investigativa de la geografía del futuro, en la perspectiva de
estructurar los cuadros de geógrafos que propongan los contextos y saberes que
han de forjar una ciencia y/o disciplina de permanente renovación, activa y
audaz; una geografía que hará comprender a las futuras generaciones su importancia,
en el fundamento de una verdadera ciencia, y con ella una conciencia nacional,
fruto de esfuerzos, construcción de conocimiento y aquilatamiento de mentes
geográficas, no en conformismo y sí en emancipación, capaz de contribuir con
decisión a la confrontación de los problemas ambientales, sociales y económicos
del país.
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